Foto: crazierlife.com
Una mujer de 40 -cuya identidad prefirió mantener en reserva- llegó la semana pasada hasta las dependencias de la Brigada de Delitos Económicos de la PDI (Bridec) para denunciar el haber sido víctima de una estafa.
Según su relato, depositó cerca de 9 millones de pesos en una cuenta extranjera por petición de “David”, un supuesto ingeniero de Manchester, Inglaterra, a quien consideraba el amor de su vida, pero que conoció sólo a través de fotos. Tras haberse realizado la transacción bancaria, nunca más le contestó los mensajes de WhatsApp, ni e-mail.
Este tipo de estafas no es nuevo, explica el jefe nacional de Delitos Económicos, prefecto inspector Hugo Pérez Echeverría, según consiga El Mercurio. Lo que preocupa es que con la irrupción de las redes sociales y de aplicaciones en celulares, la comunicación se hace más fluida y pareciera ser más cercana.
Detrás de estos romances virtuales, se esconden estafadores extranjeros con manejo informático y con un objetivo claro: obtener millonarios depósitos de sus víctimas, para luego no dejar rastros en la web. En estos casos, el delincuente establece una relación de tres a seis meses antes de cometer el fraude, indicó el jefe policial.
Tinder, March y Twoo son algunos sitios de encuentro de pareja donde arrancan las primeras interacciones entre la víctima y estafador. Tras el contacto inicial, la comunicación se realiza vía email o WhatsApp. Las principales víctimas son mujeres entre 45 y 60 años.
Si bien anualmente no hay gran cantidad de denuncias, la preocupación de las policías está en la prevención, pues se sabe que la mayoría de las víctimas no da cuenta de estos hechos por vergüenza, lo que se conoce como cifra negra. CH.H.
