NIÑOS

No es malo que los niños se aburran en vacaciones

Es una realidad que las largas vacaciones escolares la mayoría de las veces no coinciden con el tiempo de descanso de los padres.

Es una realidad que las largas vacaciones escolares la mayoría de las veces no coinciden con el tiempo de descanso de los padres.

Casi todos los niños cuentan con casi tres meses dedicados al descanso, tiempo que no siempre es compartido con los adultos a su cuidado, lo que en algunos casos provoca sentimientos de culpa por parte de los padres frente a este “inútil” tiempo de ocio.  

 La docente de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Guila Sosman, señala que es importante que las vacaciones sea un tiempo de descanso y recreación. “Esto implica poder alejarse de las rutinas y responsabilidades académicas y concentrarse en la realización de actividades que no se hacen frecuentemente o simplemente dando tiempo al ocio”, explica.

En este sentido, la psicóloga indica que es indispensable que los padres sintonicen con las necesidades de sus hijos y no al revés. “Esto quiere decir que, más allá de nuestras expectativas acerca de cómo deben pasar el tiempo nuestros hijos, podamos tomarnos el tiempo de vincularnos con ellos, de conversar y de conocerlos realmente. Así vamos a poder, en conjunto con nuestros hijos, ir estableciendo lo que necesitan y es bueno para ellos”, comenta.

Actividades para cada edad

Guila Sosman dice que para los niños en edad pre-escolar y escolar básica se recomienda que asistan a actividades recreativas, artísticas y/o deportivas, donde una buena opción son aquellas gratuitas que existen en cada comuna. Para los jóvenes de enseñanza media, en cambio, puede haber alternativas de campamentos o mochileo, que son fuera de la casa.

Sobre la participación en actividades extraprogramáticas de vacaciones, Sosman plantea que éstas son ideales, ya que favorecen que el niño socialice, se recree y aprenda. “Además, les ayuda a disminuir el tiempo que están frente al televisor o computador, aspecto que debe existir en la vida de los niños, pero bajo ciertos límites y supervisión, porque de lo contrario podemos estar favoreciendo el sedentarismo y el aislamiento social, entre otras cosas”, advierte.

Sin embargo, aclara que no es buena idea que estas actividades sean programadas de manera inflexible o en horarios muy extensos, limitando al niño para asistir a otras actividades o para tener tiempo libre, que también es importante. “La jornada ideal dependerá del tipo de actividad, como del acuerdo llevado a cabo con nuestros hijos. Un ejemplo de esto son los programas que se imparten para pres-escolares y escolares en distintos clubes deportivos, donde el horario aproximadamente es de 9 a 16 horas. Ahora bien, en niños menores de 4 años, este horario puede ser muy extenso y se recomienda que asistan sólo durante la mañana o la tarde”, plantea.

Frente a cómo elegir este tipo de actividades, la experta señala que “la idea es que se trate de buscar actividades que motiven a los niños, actividades que se relacionen con sus intereses y en las cuales se sientan seguro y contentos”.

Deje que se aburran

Considerando el otro lado de la moneda, el tema del aburrimiento no siempre debe ser considerado como un elemento negativo. Según la psicóloga, el aburrimiento tiene que ser parte de la vida de los niños, ya que se relaciona con la estimulación de la creatividad, el aprendizaje y la imaginación.

“El estar aburridos puede motivarlos a buscar cosas sencillas para entretenerse, como cocinar, bañar el perro o lavar el auto, dibujar, salir a caminar al aire libre, leer, etc. En este sentido, el aburrimiento es necesario en el desarrollo, porque si continuamente se les estimula y recrea, se está limitando que el niño genere sus propios recursos para divertirse y también que tolere la frustración del aburrimiento”, concluye la docente de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Guila Sosman.

 

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