HOGAR

Cómo enfrentar económicamente marzo

“La clave está en informarse a la hora de contratar un crédito”, Francisco Aravena.

Marzo es un mes clásicamente complicado para el bolsillo de los chilenos, se juntan una serie de compromisos irrenunciables que se deben costear, como matrículas, permisos de circulación, uniformes y por cierto, el pago de las deudas que dejaron las vacaciones o las celebraciones de fin de año.

Así lo corrobora Francisco Aravena, economista del Centro de Economía Aplicada de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián, quien señala “en enero y febrero los chilenos tienen un gasto mayor por el tema de las vacaciones, que implican un exceso mayor de consumo. Incluso, alguna encuesta señala que los chilenos consumen en esos meses casi un 20% más de lo que ganan. Y sucede que se llega a marzo con endeudamientos adquiridos anteriormente, porque también hay que recordar que diciembre es un mes donde hay un peak de gasto importante. A raíz de ello, se produce el fenómeno de que la gente paga esas cuentas, pero tiene que tomar otras alternativas de crédito para financiar lo que se viene encima”.

Y si bien el mercado ofrece variadas alternativas de endeudamiento, “debemos entender que gran parte de la población no es precisamente la que tiene acceso a estos créditos de consumo. Si bien sabemos que son los más convenientes, no es un porcentaje importante de la población el que puede acceder a ellos”, puntualiza.

En este contexto, Francisco Aravena señala que “siempre hay alternativas de crédito, porque la mayoría de las instituciones financieras ofrece la posibilidad de endeudamiento. Aquí el tema, simplemente, tiene que ver con el costo de los créditos, y éste será mayor mientras más restringida sea la oferta de ellos. Si tengo una posibilidad mucho menor que el resto de acceder a un crédito, o tengo mayores restricciones o menos garantías, tengo probablemente un riesgo más alto y por ende, el cobro –tasas- que me van a imputar va a ser más alto”.

“Durante los últimos años se ha discutido bastante sobre la facilidad que tienen las casas comerciales, por ejemplo las multitiendas, para entregar crédito o avances en efectivo, y la verdad es que las restricciones que ellos imponen para poder acceder a este tipo de financiamientos no son muchas, pero el costo del crédito es mucho más alto. Sin embargo, podemos decir que es un cobro justo, porque es un crédito más riesgoso”, reflexiona el académico.

Si bien para el economista se trata de una posibilidad, esta última alternativa es muy costosa para las familias. No obstante, en esa misma línea advierte que cuando los economistas aconsejan no consumir, se cae en un escenario bastante irreal. “Es complejo llegar a concluir que alguien restrinja su consumo en marzo, en febrero o en diciembre, por citar algunos ciclos en que los gastos son mayores que en otros períodos del año. Entonces, si no existe la posibilidad de financiamiento y de verdad es necesario, se va a tener que evaluar la posibilidad de acceder a estos créditos que son mucho más caros. Quizás el consejo es en términos de planificación”, comenta el docente.

Esa planificación, para Aravena, supone informarse muy bien de los costos asociados que un crédito pudiese tener. Por ejemplo, “en algunos casos los créditos de las Cajas de Compensación son más convenientes que las casas comerciales, pero hay que estar atento al momento de cotizar los créditos porque a veces hay seguros y otro tipo de gastos administrativos asociados al cobro final. Es muy bueno preguntar, porque hay algunas instituciones que agregan una serie de seguros que no son obligatorios, y eso finalmente termina por aumentar la deuda”.