La cámara baja filipina ha determinado que la pena capital es factible según ciertas condiciones, dejando la decisión final en manos del Senado.
La medida tuvo un amplio apoyo: 216 votos a favor, 54 en contra y una abstención. Rodrigo Duterte, presidente de la nación, presentó la iniciativa como parte de su política de mano dura contra las drogas.
Filipinas había suspendido el año 2006 la pena capital en cualquier circunstancia.
De ser aprobada la iniciativa, con 500 gramos de marihuana y 10 de cocaína cualquier sujeto tanto extranjero como local, enfrentaría la pena de muerte en el país asiático. También se aplicaría la pena a sujetos que perpetren asesinatos bajo la influencia de estupefacientes.
Desde el inicia de la lucha contra el narcotráfico en Filipinas, han muerto más 7 mil personas de forma violenta en redadas y otros operativos.
