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Chile realizó la mayor restitución de piezas arqueológicas a Perú

Un total de 708 vestigios arqueológicos fueron parte de la mayor devolución de objetos patrimoniales de ese tipo -ingresados en forma ilegal desde países vecinos.

Fósiles marinos con una data superior a 400 millones de años, piezas dentarias de tiburón y otras fundidas con cobre, además de jarros, cerámicas, orejeras, figuras humanas y representaciones de caras hechas con metales, e incluso muñecas y cordelería con forma de serpientes confeccionadas con textiles.

Este viernes, un total de 708 vestigios arqueológicos fueron parte de la mayor devolución de objetos patrimoniales de ese tipo -ingresados en forma ilegal desde países vecinos- por parte de Chile en las últimas cuatro décadas. Una entrega que fue realizada por el Servicio Nacional de Aduanas a autoridades peruanas durante una ceremonia en Arica.

Precisamente esa región, según registros del organismo, concentra alrededor del 58% de ese tipo de tráfico en el país, el que es detectado casi en su mayoría en los pasos fronterizos de Chacalluta y Chungará. Le siguen Osorno, por fiscalizaciones realizadas en el control Cardenal Samoré, y Santiago, por el traslado de piezas que ingresan al país por el aeropuerto internacional.

«Es la mayor entrega de piezas a Perú, y aún tenemos otras para evaluación, en análisis, por parte de la universidad (de Tarapacá). En el norte del país, Arica es la parte más notoria en este tipo de tráfico, sobre todo en Chacalluta y Chungará, y en Colchane, en Tarapacá. No solo nos dedicamos a controlar contrabando y sustancias prohibidas para la salud, sino que también tenemos algunos programas de fiscalización, principalmente en zonas fronterizas como esta, dedicadas al patrimonio de nuestros vecinos», dijo Claudio Sepúlveda, director nacional de Aduanas.

Agregó que «en ese contexto, nuestros funcionarios son capacitados para la detección, y en el caso de Arica, hemos logrado interceptar -en distintos procedimientos- estas 708 piezas, que luego de peritajes de la Universidad de Tarapacá y el Museo de Azapa, se pudo comprobar que eran de origen peruano».

Las piezas detectadas en complejos fronterizos fueron recolectadas durante cuatro años, y su traslado se realizaba al interior de cajas.

Otros objetos recuperados fueron un vaso ritual inca, de color dorado y con piedras preciosas, así como la imagen de un guerrero de bronce de la cultura moche, cuyas mitades están soldadas y posee incrustaciones de madreperla, espóndilus, turquesas y lapislázuli, además de un baño de oro y plata.

«Este es un gesto muy importante. No solo revela la cooperación que existe entre las distintas entidades, sino que revela el buen estado en que están las relaciones entre los dos países. En este caso particular, se pone en evidencia que la actividad de las aduanas ha sido eficaz en actuar frente a una situación en que la cooperación está largamente establecida entre los dos países desde el convenio de 1978, de protección de bienes culturales», indicó el embajador de Perú en Chile, Jorge Valdez.

«Es muy importante para cualquier país recuperar objetos culturales, porque hacen su identidad, son los que forman parte de su acervo, de saber quiénes somos y qué hicieron nuestros antepasados. Ese es el valor y el riesgo que hay cuando se produce la pérdida de ese patrimonio, que más allá de un proceso de acumulación en sí mismo, lo que significa es no tener acceso y saber exactamente qué hicieron aquellos que estuvieron antes que nosotros aquí», añadió.

Autoridades de ambos países también destacaron que se aplican protocolos especiales en contra del tráfico ilícito de bienes culturales, y que entre los responsables hay bandas internacionales, y también usuarios de los pasos fronterizos y aeropuertos que a veces ignoran el valor patrimonial de las piezas que trasladan.

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