Cada 19 de noviembre se reconoce el Día Internacional del Hombre, una fecha que busca poner en la conversación pública temas vinculados al bienestar masculino, la equidad y la construcción de relaciones más sanas en la sociedad.
Si bien suele tener menor visibilidad que otras conmemoraciones, su objetivo es impulsar una mirada integral sobre las realidades que afectan a los varones en distintos ámbitos de la vida cotidiana.
Origen y expansión de la conmemoración
El origen de esta fecha se remonta a 1992, cuando Thomas Oaster, profesor de la Universidad de Misuri-Kansas, organizó una jornada orientada a abrir el debate sobre el rol de los hombres y los desafíos sociales que enfrentan.
Sin embargo, en 1999 el académico Jerome Teelucksingh fijó el 19 de noviembre como Día Internacional del Hombre en homenaje a su padre, a quien consideraba un modelo de responsabilidad y compromiso. Su propuesta dio proyección mundial a la conmemoración y permitió su expansión.
La propuesta fue destacada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que valoró la instancia como una oportunidad para equilibrar la conversación global sobre género.
Gracias a ese respaldo, la iniciativa comenzó a expandirse y se incorporó a esfuerzos de organizaciones como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), especialmente por su enfoque en el cuidado del bienestar masculino.
Los promotores de esta jornada destacan seis pilares: fomentar modelos positivos de masculinidad, reconocer los aportes de los hombres a sus comunidades, priorizar la salud física y mental, visibilizar desigualdades que también los afectan, fortalecer la igualdad de género y promover entornos seguros para todos.
Una de las alertas actuales apunta a cifras preocupantes: los hombres viven entre cuatro y cinco años menos que las mujeres, presentan el doble de probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón y las tasas de suicidio son tres veces mayores.
Para los organizadores, la forma más significativa de conmemoración es generar gestos de cercanía y gratitud hacia figuras masculinas presentes en la vida personal —padres, abuelos, amigos, docentes o colegas—, incentivando conversaciones abiertas sobre las emociones, el autocuidado y la importancia de pedir ayuda cuando sea necesario.






