La Corporación Nacional Forestal dejará de operar en los próximos meses tras la entrada en vigencia de la ley que crea el Servicio Nacional Forestal. El cambio se publicó en el Diario Oficial en mayo y establece un plazo máximo de un año para que la transformación institucional sea completa.
Aunque todavía no existe una fecha exacta para el término definitivo, el marco legal ya comenzó a regir y fija un período de transición en el que las responsabilidades serán traspasadas progresivamente.
El organismo, creado en 1973, será reemplazado por dos entidades estatales. La primera es el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, dependiente del Ministerio del Medio Ambiente.
La segunda es el Servicio Nacional Forestal, bajo el Ministerio de Agricultura. Ambas instituciones deberán asumir competencias vinculadas a conservación, gestión de ecosistemas, fiscalización y respuesta frente a emergencias en zonas vegetacionales.
El nuevo Servicio Nacional Forestal contará con autoridades seleccionadas mediante Alta Dirección Pública y tendrá facultades adicionales respecto al modelo anterior. Entre ellas se encuentra el acceso a fuentes de agua y terrenos afectados sin necesidad de esperar instrucciones externas para combatir incendios. Además, sus funcionarios ocuparán el rol de ministros de fe en labores de fiscalización, lo que permitirá constatar infracciones con validez oficial.
La ley indica que se deberán coordinar políticas y planes para asegurar un manejo sustentable de los bosques, junto con estrategias para fomentar la actividad forestal sin comprometer los servicios ecosistémicos. Asimismo, se desarrollará un catálogo obligatorio de especies nativas e introducidas para definir requisitos de plantación, manejo y eficiencia hídrica en nuevas urbanizaciones y áreas verdes.
Las dos nuevas instituciones tendrán que desarrollar su trabajo con criterios de equidad territorial y enfoque inclusivo en todos los espacios donde ejerzan sus funciones.






