Las expectativas económicas para el cierre del año muestran un escenario más favorable en materia de precios.
De acuerdo con proyecciones de distintos analistas, el IPC de diciembre podría registrar una variación nula o incluso negativa, consolidando así una tendencia de desaceleración inflacionaria tras varios años marcados por fuertes alzas.
A noviembre, la inflación anual se ubica en 3,4 %, y para el último mes del año los economistas estiman que el indicador fluctúe entre 0 % y -0,2 %.
El dato oficial será entregado el jueves 8 de enero por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Factores que explican la baja esperada
Uno de los elementos clave detrás de esta proyección es la caída en los precios de los combustibles. Así lo explica el economista jefe de Fynsa, Nathan Pincheira, quien ajustó su estimación mensual desde 0 % a -0,1 %.
A ello se suman bajas adicionales en algunos alimentos, luego de alzas registradas durante las primeras semanas de diciembre.
Una mirada similar entrega Alejandro Fernández, economista de Gemines, quien prevé un IPC de -0,1 % y una inflación anual de 3,5 %.
Según detalla, varias divisiones del indicador, como alimentos, bebidas y vestuario, mostrarían retrocesos, aunque influidos por factores estacionales.
En tanto, Pavel Castillo, gerente de Intelligence en Corpa, proyecta que el IPC de diciembre permitiría cerrar el año en torno a 3,5 % y anticipa que durante el primer trimestre de 2026 la inflación anual podría caer hasta 2,4 %, principalmente por el efecto del tipo de cambio.
Desde el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, Valentina Apablaza sostiene que la convergencia inflacionaria responde a un efecto de base de comparación y no a nuevas presiones. Además, destaca que la baja en combustibles, bienes importados y electricidad contribuiría a una inflación promedio cercana al 2,9 % durante los primeros meses de 2026.



