El debate sobre el uso irregular de las licencias médicas se ha instalado como uno de los temas más sensibles del último tiempo. Tras el informe de Contraloría que expuso a más de 25 mil funcionarios públicos viajando al extranjero mientras estaban con reposo, ahora es la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) la que puso la lupa sobre los propios profesionales de la salud.
El nuevo estudio reveló cifras preocupantes: 6.410 médicos otorgaron licencias entre 2023 y 2025 mientras ellos mismos estaban con permiso, acumulando más de 108 mil documentos emitidos en ese período.
Autoemisiones y viajes al extranjero
Según consigna La Tercera, el documento se centró en los funcionarios más que en las instituciones. En ese marco, se detectó que 90 médicos se autoasignaron licencias médicas entre enero y abril de 2025, una práctica que hasta hace poco no tenía mecanismos de control efectivos.
Otro hallazgo fue la existencia de 811 profesionales que salieron del país mientras estaban con licencia, lo que suma una nueva arista al problema de la fiscalización. En la mayoría de los casos, se trata de médicos chilenos y afiliados a Fonasa, aunque la gran parte de las licencias provino del sector privado.
Medidas de control y fiscalización
Frente a estas irregularidades, la Suseso instruyó ajustes en las plataformas electrónicas Imed y Medipass para bloquear automáticamente la emisión de licencias en casos de autoemisión o cuando el médico se encuentre con reposo.
La superintendenta subrogante, Patricia Soto, aseguró que el impacto fue inmediato: “La medida fue 100 % efectiva: en junio fueron 103 médicos en esa situación; en julio, 138; en agosto, 85; en septiembre, 15; y hoy la cifra es cero”.
Además, adelantó que en noviembre y diciembre entrarán en vigencia nuevas herramientas de fiscalización, entre ellas la inhabilitación preventiva de médicos con patrones inusuales en la emisión de permisos.
Reestructuración institucional
La Suseso también inició cambios internos. Se creó un Departamento de Control de Licencias Médicas con dos unidades: una de investigación, enfocada en revisar la conducta de los profesionales habilitados, y otra de datos, encargada de analizar el comportamiento del sistema en tiempo real.
Soto enfatizó que la responsabilidad no recae solo en los médicos: “Aquí no solamente hay responsabilidad de los profesionales. En el proceso intervienen también el trabajador, el empleador y las entidades previsionales. Lo clave es que habrá un control más riguroso porque lo que buscamos es cuidar la licencia médica como instrumento válido para quienes realmente lo necesitan”.
Un desafío pendiente
El análisis de la Suseso confirma que el uso irregular de las licencias médicas no es un fenómeno aislado, sino un problema estructural que requiere controles más estrictos y sanciones efectivas.
Si bien las medidas tecnológicas ya muestran resultados, el desafío será sostener la fiscalización a largo plazo y recuperar la confianza en un sistema que mueve millones de pesos cada año.