Este martes 9 de septiembre, el primer ministro de Nepal, Khadga Prasad Oli, presentó su renuncia luego de una semana marcada por fuertes protestas en el país. La decisión llegó tras el polémico bloqueo temporal de redes sociales, medida que desató una ola de manifestaciones, con saldo de al menos 19 personas fallecidas y cientos de heridos.
El inicio de la crisis
La semana pasada, el Gobierno de Nepal anunció la prohibición de plataformas como Facebook, Instagram y X (ex Twitter), argumentando que buscaban frenar delitos cibernéticos y la difusión de mensajes de odio. Sin embargo, la medida fue interpretada como un intento de censura y encendió el descontento de la ciudadanía.
Miles de jóvenes, en lo que se denominó las “protestas de la Generación Z”, salieron a las calles de Katmandú y otras ciudades. Aunque la restricción fue revertida el lunes 8 de septiembre, la indignación ya había escalado.
El trasfondo del descontento
El bloqueo digital fue solo el detonante. El malestar acumulado en Nepal se vinculó también a acusaciones de corrupción, nepotismo y falta de oportunidades económicas. La tasa de desempleo juvenil alcanzó el 20 % en 2024, según el Banco Mundial, lo que aumentó el descontento hacia las élites políticas.
Incluso en redes sociales, campañas previas a la prohibición expusieron el lujoso estilo de vida de los hijos de políticos, contrastando con la precariedad de gran parte de la población, cuya renta per cápita es de apenas 1.400 dólares al año.
Escalada de violencia
El lunes 8 de septiembre, las manifestaciones se tornaron violentas. En Katmandú, algunos grupos irrumpieron en el complejo parlamentario, incendiaron una ambulancia y se enfrentaron con las fuerzas de seguridad.
La policía respondió con cañones de agua, gases lacrimógenos y disparos, lo que dejó un saldo de 19 muertos y cientos de heridos en una sola jornada. Los disturbios fueron catalogados como los más graves en décadas.
La dimisión del primer ministro
Frente al agravamiento de la crisis, este martes 9 de septiembre el primer ministro Oli anunció su renuncia, asegurando que lo hacía para “facilitar una salida política de acuerdo con la constitución”. Tras la dimisión, las protestas bajaron de intensidad, aunque persisten focos de movilización en distintas ciudades.
El Ejército de Nepal pidió calma y llamó a resolver el conflicto mediante el diálogo.
Reacciones internacionales
India, país vecino, expresó su esperanza de que Nepal encuentre una solución pacífica. A su vez, un grupo de embajadas —incluyendo a Estados Unidos, Francia, Japón y Reino Unido— llamaron a proteger los derechos fundamentales y a mantener la moderación frente a la crisis.