Hace siete meses que Carolinne Hooper y su familia dejaron su casa en Santa Elena y se fueron a vivir a una parcela en el condominio Alamos de Mahuida, que colinda con las calles San Miguel y Santa Ester de Liray. Esto con el sueño de estar en un lugar más amplio, donde poder disfrutar del jardín y de la compañía de sus mascotas. Todo se desarrollaba tranquilamente, sin embargo, algo la preocupaba: el alto índice de robos en el sector.
Carolinne participó de diversas reuniones con vecinos y el municipio, incluyendo la convocatoria a la que asistieron autoridades como la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, y el diputado Mario Desbordes, donde la comunidad manifestó el aumento de asaltos en el sector y hubo compromisos de parte de los asistentes. Conocía de cerca el problema, pero nunca imaginó que a ella también le tocaría vivir una experiencia parecida.
El robo
Todo ocurrió a eso de las 7 de la tarde de este jueves, cuando un grupo de asaltantes, al ver que la casa de Carolinne estaba vacía, evadieron los sistemas de seguridad e ingresaron por una pequeña ventana. La afectada contó a Chicureo Hoy que a esa hora hay cambio de turno de guardia en el condominio, por lo que “probablemente todo estaba dateado porque tampoco se encontraba el dueño del fundo que queda atrás de mi casa, yo creo que todo fue planificado”, aseveró.
Carolinne detalló que los antisociales “doblaron todos los sensores de movimiento y se metieron a robar, yo estaba en el sur y mi marido iba a llegar más tarde, así que tuvieron tiempo de llevarse varias cosas”. En cuanto al monto sustraído, señaló que estima que fueron unos $2 millones entre computadores, televisores, joyas, entre otros.
Carolinne cree que los delincuentes huyeron cuando su marido llegó a la casa. Ahí se percató de la situación y dio aviso a los vecinos, quienes activaron la alarma por medio de la aplicación Sosafe, lo que generó que Carabineros de Chicureo se dirigiera al lugar.
La vecina indicó que su casa queda en lo que llamó “un punto ciego”. “Estoy detrás de un canal y al lado de un huerto que es abierto”, precisó, agregando que vio sobre el canal unos troncos sobre los cuales, presuntamente, los antisociales habrían cruzado.
En este punto, hizo una crítica a los canalistas, afirmado que «ellos dejan escombros botados y eso permite que sean utilizado por los delincuentes para cruzar y tampoco hacen las mantenciones correspondientes a las personas que viven a las orillas que colindan con los canales».
Una comunidad preocupada
Carolinne enfatizó en que este no es el primer robo en el sector, lo que se potencia debido a las condiciones de las calles que colindan con su condominio. “Yo creo que toda la gente que ha andado por la calle Santa Ester se ha dado cuenta de que es un boca de lobo”, afirmó, detallando que en el lugar han ocurrido encerronas, portonazos y asaltos a casas habitadas y no habitadas.
En este sentido, señaló que “yo quiero dar conocer que estamos vulnerables por nuestro lado, pedimos que se hagan más rondas policiales y también mejor iluminación, pero la Municipalidad nos dice que no son de ellos y que no se pueden modificar”. Junto con esto, indicó que “el helicóptero ya no ha vuelto a pasar, entonces nos sentimos súper desprotegidos, yo cada vez que salgo de mi casa pienso que me pueden robar el auto o que pueden entrar a robar”.
Sobre esto, contó que la recién constituida Junta de Vecinos de Santa Ester estaba gestionando la posibilidad de contratar un vehículo que haga ronda por el lugar. Además, comentó que han tenido reuniones con AVECO para tomar acciones frente a los asaltos en las calles Santa Ester y San Miguel.
Carolinne agregó que a pesar de la difícil situación que vivió, no se quedará de brazos cruzados. “Yo no me voy a echar a morir por esto, voy a seguir participando en todas las instancias y luchando por la seguridad del sector. Colina tiene que cambiar y por eso no podemos doblegarnos y tenemos que seguir trabajando juntos para que este sea un mejor lugar para vivir”, finalizó. CHH
