La corrección de cobros del GES marcó un punto de inflexión en el sistema privado de salud. Por primera vez desde la creación de las Garantías Explícitas en Salud, en 2005, la Superintendencia de Salud revisó y ajustó los montos que las isapres pretendían cobrar por este beneficio, luego de la entrada en vigencia de la Ley Corta de Isapres.
El proceso permitió detectar primas consideradas excesivas y obligó a tres aseguradoras a reducir los valores que habían informado inicialmente, beneficiando a cerca de 2,6 millones de afiliados.
Cambio inédito en la regulación del sistema
Hasta ahora, las isapres definían de manera unilateral el valor del GES y la autoridad solo recibía esos antecedentes, sin atribuciones para objetarlos. Con la nueva normativa, el regulador puede analizar técnicamente cada cifra presentada y rechazar aquellas que no estén debidamente justificadas.
Este nuevo escenario permitió aplicar, por primera vez, una corrección de cobros del GES con criterios técnicos y respaldo legal.
El superintendente de Salud, Víctor Torres, explicó que esta facultad busca una protección efectiva para las personas afiliadas. “Antes de esta ley, las isapres informaban cuánto iban a cobrar y la Superintendencia no podía hacer nada. Hoy revisamos cada cifra con rigor técnico y donde encontramos cobros excesivos los corregimos”, señaló.
La autoridad reconoció que cualquier ajuste en los precios genera preocupación en las familias, pero recalcó que el objetivo del proceso es asegurar que cada peso cobrado esté debidamente respaldado.
En ese contexto, precisó que no existirá cobro retroactivo y que los afiliados tendrán un plazo de 60 días para evaluar un eventual cambio de isapre si no están conformes con el nuevo valor informado.
Además, seis de las diez isapres del sistema terminarán aplicando una prima GES inferior a la que cobraban en septiembre de 2022, incluso considerando la incorporación de nuevas patologías.
El nuevo GES 90 amplía la cobertura de 87 a 90 problemas de salud, sumando enfermedades de alto impacto como la cirrosis hepática, la depresión grave en niños, niñas y adolescentes, y apoyos para dejar de fumar, junto con medicamentos de alto costo que antes quedaban fuera del alcance de muchos pacientes.
