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¿Tomar o no tomar? Una pregunta difícil de responder

Advertencias sobre el aporte calórico y tóxico del consumo de alcohol en estas fiestas

Navidad y en especial Año Nuevo son fechas en que los tragos son parte casi indiscutida del festejo. Pero ¿Sabías que una copa no solo tiene más calorías que una porción de papas fritas, sino que le marca positivo en una alcoholemia? Especialista en nutrición explicó a Chicureo Hoy, dónde poner atención para evitar empañar la festividad.

Cualquiera sea el licor escogido para brindar en las fiestas de fin de año, no cabe duda de que traerá consecuencias. Así lo indican las calorías que aportan cada uno de los tragos escogidos.

“Una copa de champagne puede aportar en promedio unas 80 a 100 Kcal, lo que es bastante variable dependiendo de la variedad del licor y del tamaño de la copa. Por otra parte, los combinados de ron o pisco con bebidas, no sólo son un gran dolor de cabeza para el día siguiente, sino que también para varios más, ya que se verán sus repercusiones en el peso corporal. Esto es porque un vaso de combinado, con la cuota justa de alcohol, aporta en promedio 250 kcal, y aproximadamente 300 kcal cuando se combina con bebida energética, es decir, aporta más calorías que una porción de papitas fritas”, comenta la docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico, Stefanie Chalmers.

Por ello, la especialista indica que si queremos rebajar la cuota calórica que se consume en Navidad y Año Nuevo, lo más fácil es reducir la ingesta de alcohol.

Para la nutricionista, además es importante tener presente que a todo lo anterior se suma la realidad de que el alcohol no es un nutriente útil. “Es literalmente un tóxico que impone al organismo la necesidad inmediata de comenzar a trabajar por su depuración. De esta forma el hígado, órgano central para su metabolización, se esfuerza demasiado por conseguirlo y en muchas oportunidades deja de lado o es incapaz de ejecutar completamente otras tareas, como la metabolización de medicamentos, por lo que el peligro de toxicidad se incrementa. Es necesario considerar que algunos medicamentos no van a generar el efecto esperado o bien pueden llegar a intoxicarnos si son combinados con alcohol, situación que no debe descuidarse en las fiestas, ya que los servicios de atención médica están más congestionados y además sus consecuencias podrían evidenciarse durante la conducción de regreso a casa, aunque se crea que ya ha pasado un tiempo prudente desde el consumo alcohólico”, alerta Chalmers.

Lo que debes saber sobre alcohol

 

La docente de la Universidad del Pacífico, Stefanie Chalmers, aclara que el alcohol es un depresor del sistema nervioso central, por tanto, a medida que la concentración alcohólica aumenta en la sangre, se deprimen los reflejos y la respiración, pudiendo llegar a generar convulsiones y/o coma por intoxicación alcohólica.

“No existe un límite seguro de consumo de alcohol. Todo consumo de alcohol conlleva un riesgo para la salud personal y para el entorno, de forma que la recomendación de la OMS es: “Alcohol, cuanto menos mejor” y su llamado es a que tampoco se supere la ingesta de 30 gr/día en hombres y los 20 gr/día en mujeres”.

Por eso llama a tener presente lo siguiente:

 

El etanol genera toxicidad en el organismo.

Tras la ingestión de una misma cantidad de alcohol, la alcoholemia no es la misma en todas las personas, ni en la misma persona en todo momento. Esto puede depender de cualquier factor que influya en la absorción, distribución, metabolismo o excreción del etanol.

Las bebidas alcohólicas destiladas tienen más alcohol y más calorías que las fermentadas.

El alcohol aporta más calorías que los carbohidratos o proteínas y, a diferencia de ellos, estas calorías en exceso no son almacenadas, sino que permanecen circulantes hasta su eliminación.

El alcohol se oxidará con preferencia sobre otros nutrientes, por tanto su presencia limita la capacidad del organismo de utilizar las reservas grasas de energía, lo que su consumo promueve la conservación del tejido adiposo.

Una persona que no acostumbra beber alcohol, probablemente tenga menor tolerancia a su ingesta.

El alcohol se absorbe más rápido cuando la bebida alcohólica contiene gas.

El tener el estómago vacío también aumenta la velocidad de absorción del etanol.

Las mujeres y las personas con menor peso corporal pueden sufrir los efectos del alcohol de forma más intensa.

El alcohol es totalmente soluble en agua, por lo que cuanto mayor contenido de agua existe en el organismo, mayor será la dilución del alcohol y, por tanto, menor su concentración en la sangre.

Las personas con metabolismo lento sufren por más tiempo los efectos deletéreos del etanol.

Tomar café no mejora la capacidad refleja deprimida por el alcohol ni elimina el alcohol del organismo, por lo que para la conducción los riesgos no disminuyen.

El daño hepático retarda la velocidad de oxidación del etanol y por tanto, su eliminación del cuerpo.

El alcohol se absorbe en todas las mucosas y puede empezar a detectarse en la sangre a los 5 minutos de haberlo ingerido, alcanzando su máximo nivel entre los 30 y 90 minutos siguientes.

El metabolismo del etanol no se acelera en relación a su concentración sanguínea; mantiene una tasa constante.

La alcoholemia desciende en promedio a una velocidad de 0.15 g/l por hora, sin embargo se debe considerar que el alcohol puede metabolizarse más lento durante el sueño, por lo que al despertar puede ser que la alcoholemia siga elevada y, por lo tanto, aún es un riesgo conducir.

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