Foto: Aton
En el marco del Superclásico 181 del fútbol chileno, Universidad de Chile y Colo Colo protagonizaron un entretenido y emotivo empate 2-2, válido por la noche fecha del Torneo de Clausura 2016-2017, el cual tuvo un público de 43 mil personas en el Estadio Nacional.
El arranque del pleito fue intenso, los universitarios buscaron la posesión y ejercieron presión constante en los albos.
Esta situación provocó que Colo Colo nunca se sintiera cómodo en el césped del Nacional, sufriendo la elaboración azul, a cargo de Lorenzo Reyes, Gonzalo Espinosa y David Pizarro, quien jugó su primero superclásico con la elástica estudiantil.
El partido se hizo entretenido dado que era un juego de ida y vuelta permanente, donde las acciones de peligro no aparecían en las áreas debido al correcto trabajo defensivo de ambos equipos.
No obstante, un error en la salida de Colo Colo permitió la apertura de la cuenta. Tras un mal pase desde la zaga, Espinoza aguantó para que su equipo de reordenara. Mora recibió en el área y en vez de rematar,Y sorprendió a Garcés, mientras éste achicaba y levantó un centro a Sebastián Ubilla, quien cabeceó al arco, poniendo la cuenta mínima a los 23’.
Al minuto 44’ llegó el empate luego de un contragolpe. Octavio Rivero avanzó por derecha, aguantó la marca, y con un tiro rasante con borde externo, superó la cobertura de Herrera, asestando un golpe antes del descanso.
Para el complemento, el director técnico de la U, sorprendió sacando a Pizarro y Ubilla, de buen nivel en la primera fracción. Con este cambio los azules ganaron velocidad, pero perdieron precisión, por lo que cada recuperación de pelota terminaba en pérdida rápidamente por la mala salida en ataque.
A los 62’ la Universidad de Chile volvió a ponerse en ventaja luego de que Mora rematara con un cabezazo frontal al portero Garcés, quien lo atrapó el balón fácil. Sin embargo, al intentar controlarla, terminó empujándola dentro de su propio arco.
Con el ánimo golpeado, los albos trataron de reponerse del fallo garrafal de su arquero y buscaron nuevamente el arco rival, aunque con más corazón que fútbol.
Así apareció nuevamente el uruguayo Rivero, quien combinó con Paredes una pared, y tras la devolución del capitán, la empalmó con borde interno, tratando de colocarla en el arco. Herrera, bien posicionado, voló para atrapar la pelota, pero esta pasó entre sus brazos, desatando la alegría para Colo Colo en el minuto 75’. CH H.
