A fines de junio, tras la salida de Paulina Carriel, Ricardo Ortega asumió como nuevo director de Seguridad Pública de la Municipalidad de Colina. Con 25 años de experiencia en Carabineros y varios más en seguridad privada, el desafío era enorme: enfrentar la desconfianza de los vecinos tras un caso de corrupción y, al mismo tiempo, contener el alza de delitos violentos que han golpeado a la comuna.
En conversación con Chicureo Hoy, Ortega habla sin rodeos de ese proceso, de la incorporación de más tecnología y patrullajes, y del rol clave que cumple la comunidad en materia de prevención.
Asumió el cargo tras una acusación de corrupción en Seguridad Municipal. ¿Cómo recibió ese desafío?
“Fue un gran desafío. Yo venía del mundo privado, donde estuve cuatro años en seguridad estratégica, pero mi vida profesional la desarrollé en Carabineros durante 25 años, en distintos cargos. Por lo tanto, la seguridad pública para mí no es desconocida. Cuando se me dio la oportunidad, la tomé con entusiasmo hasta el día de hoy. Entiendo que en seguridad siempre van a pasar cosas, y nunca vamos a tener satisfacción completa, porque el trabajo es permanente”.
¿Cómo se enfrenta el golpe de confianza que generó el caso de corrupción?
“Es difícil recobrar la confianza de las personas, porque se juega con la fe pública. Ese es un trabajo muy dedicado que estamos haciendo con la alcaldesa, estando en terreno, conversando con vecinos y coordinándonos con distintos organismos. Queremos entregar certeza de que se está trabajando y que internamente también se mejoraron los procesos”.
¿Se cambiaron los mecanismos de contratación de inspectores?
“Sí. Se evaluó al personal que ya estaba, se construyó con profesionales un nuevo perfil y se inició un proceso de selección mucho más estricto. Por eso no ha sido masivo el ingreso de nuevos inspectores: hoy solo tenemos cinco, pero de muy buen estándar. Ellos están en inducción, donde ven temas de ética, normativa legal, atribuciones, organigrama y conocimientos generales”.
¿Ese proceso incluye revisión de antecedentes y perfil psicológico?
“Todo. Tenemos incorporada una psicóloga de reclutamiento que hace ese trabajo. Gracias a eso hemos tenido muy buenos resultados en la contratación. No es requisito ser chileno, pero los requisitos que pedimos hacen que quienes postulan tengan experiencia previa: son ex-PDI, exgendarmes, excarabineros, exmilitares. Eso facilita mucho el trabajo porque ya traen un conocimiento previo”.
Con todos esos cambios, ¿con cuántos recursos cuenta hoy la Dirección de Seguridad?
“Hoy tenemos 25 vehículos patrulleros, 22 motos, cerca de 300 personas en seguridad, de estas, 100 personas patrulleros y más de 300 cámaras instaladas en distintos puntos de la comuna. Además, hay proyectos en camino: se incorporarán 7.500 cámaras domiciliarias, de las cuales 35 estarán en puntos estratégicos. Lo que buscamos es construir un anillo de seguridad en la comuna”.
“Las autopistas son autopistas de escape para los delincuentes, y deben hacerse cargo”
«El anillo de seguridad es una medida que estamos trabajando junto a Carabineros y otras instituciones. La idea es que, cuando se detecta un delito en Chicureo o Colina, se activen cierres estratégicos en las principales salidas: Radial Nororiente, General San Martín, Los Libertadores y Autopista Central. Esto nos permitiría cortar las rutas de escape de los delincuentes y aumentar las posibilidades de detención en flagrancia. Estamos afinando protocolos y logística, porque requiere coordinación en tiempo real».
«Colina está rodeada de accesos rápidos: en minutos se puede entrar, delinquir y salir por la autopista sin ser detectado. Por eso nuestra insistencia en que las concesionarias deben ser parte de la solución. La alcaldesa lleva meses solicitando que nos permitan instalar 18 cámaras lectoras de patentes en su infraestructura. No pedimos ocupar su tecnología, sino solo sus postes y energía. Con eso podríamos detectar en tiempo real si un vehículo tiene encargo por robo apenas ingresa a la comuna».
¿Y cuál ha sido la respuesta de las autopistas?
«Hasta ahora evasivas. Nos dicen que lo están evaluando en su área jurídica, pero es inaceptable. Ellos recaudan millones de dólares al año y no pueden cerrar los ojos frente a la seguridad de sus usuarios. Lo lógico y de sentido común es que colaboren, porque lo que está en juego es la tranquilidad de nuestros vecinos».
¿Además del anillo que buscan construir, qué otras estrategias de coordinación existen con Carabineros?
“Hemos fortalecido lo que llamamos el patrullaje mixto. Eso significa que nuestros inspectores municipales salen a terreno acompañados de Carabineros en ciertos turnos y sectores específicos. De esta manera se suma la capacidad preventiva del municipio con la facultad operativa y de control de la policía. Esto da más seguridad a los vecinos y permite actuar de inmediato frente a cualquier delito. La presencia conjunta en las calles genera un efecto disuasivo importante”.
Pero otras comunas, como Santiago, han destinado recursos para contratar hasta 300 guardias municipales nuevos. ¿Es ese el camino para Colina?
“Es un tema complejo. Santiago tiene un presupuesto municipal mucho más alto, que le permite incorporar esa cantidad de personal. En Colina tenemos 71 comités de seguridad y una estructura que funciona con recursos limitados. No podemos competir en número, pero sí en calidad y eficiencia: más patrulleros, más cámaras, más tecnología, mejor capacitación de los inspectores. El desafío es cómo logramos resultados con lo que tenemos. Y también hay que hacerse una pregunta: ¿tener 300 guardias garantiza menos delitos? No necesariamente. La seguridad no se mide solo en cantidad de personas, sino en la estrategia, en la coordinación con Carabineros, en la tecnología y en el compromiso de la comunidad”.
En paralelo se están viendo hechos de violencia graves: robos en viviendas y encerronas. ¿Qué medidas inmediatas han tomado?
“La medición y el análisis de los delitos son diarios, y los cursos de acción, semanales. Estos delitos mutan: empezaron como turbazos en farmacias y supermercados, y después pasaron a casas. Cuando nos dimos cuenta, copamos los sectores afectados. En Brisas Norte, El Remanso y Estancia Liray implementamos servicios focalizados y desde el 27 de junio no hemos tenido delitos violentos ahí. El delincuente se mueve, y nosotros también nos movemos con él”.

Daniel Raquela en conversación con Ricardo Ortega Zenteno
Los últimos delitos en Chamisero fueron particularmente violentos contra las víctimas. ¿Qué diagnóstico hace?
“Sí, han sido de golpizas. Eso no era común, porque normalmente el delincuente evita la confrontación. Pero en estos casos, además de llevarse el vehículo, golpearon a la víctima. Y algo importante: en Colina estos delincuentes no son residentes permanentes. Vienen de otras comunas como Recoleta o Quilicura. Lo mismo pasa en Santiago, Vitacura o Lo Barnechea: son comunas con altos ingresos, lo que las hace atractivas para bandas que vienen de otros sectores a cometer delitos y luego se van”.
Hasta dónde puede llegar Seguridad Municipal en estas situaciones?
“Nosotros no tenemos facultades represivas ni judiciales. Eso es de Carabineros y la PDI. Nuestro rol es preventivo y colaborativo. Por eso hemos diseñado protocolos de actuación, como los seguimientos seguros y a distancia. Nuestra tarea es acercar la seguridad a los vecinos, pero siempre dentro de los márgenes legales”.
¿Se necesitan más presupuesto municipal (9% en 2024) para tener mayor seguridad?
“Sí, pero Colina ha invertido bastante. Somos la sexta comuna a nivel nacional con más iniciativas en seguridad. El presupuesto municipal está destinado a esto, y la alcaldesa acaba de inyectar más recursos. El presupuesto de seguridad aumentará un 30% en vehículos y personal: se incorporarán 20 patrulleros, más cámaras y una nueva sala de monitoreo con inteligencia artificial”.
¿Cómo se diferencia este modelo del que aplican comunas como Santiago, Lo Barnechea o Vitacura?
“Ellos disponen de recursos mucho mayores, con cientos de guardias y presupuestos multimillonarios. En Colina apostamos por otra fórmula: hacer más con menos. Hemos focalizado patrullajes, creado mapas del delito, y con los vecinos implementamos alarmas comunitarias y canales directos de denuncia. La clave está en la inteligencia, no solo en sumar funcionarios”.
Algunos vecinos dicen sentirse “encerrados sin poder salir de sus casas por miedo”. ¿Qué les responde?
“Entiendo esa sensación. Un delito es tremendamente expansivo: no solo afecta a la víctima, sino también al vecino que se entera, al familiar, al amigo. Nosotros queremos que los vecinos recuperen los espacios, que salgan de sus casas seguros. Y eso lo hacemos con más luminarias, alarmas, comités de seguridad y trabajo comunitario. Hoy tenemos 71 comités activos”.
¿Cuál es el mensaje final para la comunidad?
“Que confíen en que estamos trabajando. La alcaldesa está inyectando muchos recursos y tenemos protocolos activos. Pero necesitamos algo clave: que los vecinos denuncien. Si alguien sufre o incluso solo enfrenta un intento de encerrona, debe denunciar a Carabineros y además reportarlo a nuestro número 1468, por SoSafe o WhatsApp. Solo con esas denuncias podemos levantar información y actuar”.