Cada 10 de julio, Chile conmemora el Día Nacional de la Sopaipilla, un plato emblemático que ha acompañado a generaciones y que representa un verdadero símbolo de nuestra gastronomía tradicional. Esta preparación, sencilla pero llena de sabor, es especialmente valorada durante las temporadas de invierno, cuando su calidez reúne a las familias en torno a la mesa.
Un legado histórico que perdura
La sopaipilla tiene sus orígenes en el siglo XVIII y llegó a América como una variación del pan frito europeo conocido como “sopaipa”. En Chile, esta receta fue adaptada incorporando zapallo camote en la masa, lo que le otorga un característico color anaranjado y una textura suave. Así, con ingredientes accesibles y preparación casera, se convirtió en un alimento reconfortante y transversal.
¿Cómo preparar sopaipillas tradicionales?
Ingredientes:
- 2 tazas de harina sin polvos de hornear
- 1 taza de zapallo camote cocido y molido
- 1 cucharadita de polvos de hornear
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de manteca o aceite
- Agua tibia (solo si es necesaria para unir la masa)
- Aceite para freír
Preparación paso a paso:
- En un bol grande, mezcla la harina, la sal y los polvos de hornear.
- Agrega el zapallo cocido y molido (bien escurrido) y la manteca derretida o aceite.
- Mezcla con las manos hasta formar una masa homogénea. Si está muy seca, puedes añadir un poco de agua tibia, pero solo la necesaria.
- Amasa sobre una superficie enharinada por unos minutos, hasta lograr una textura suave y elástica.
- Estira la masa con un uslero hasta que tenga un grosor de 0,5 a 1 cm aproximadamente.
- Corta en círculos (puedes usar un vaso o molde redondo) y pincha con tenedor para evitar que se inflen demasiado.
- Calienta aceite en una sartén profunda y fríe las sopaipillas hasta que estén doradas por ambos lados.
- Retira y escurre sobre papel absorbente.
Opcional:
Para las clásicas sopaipillas pasadas, puedes preparar una salsa de chancaca con canela, clavo de olor y cáscara de naranja, disuelta en agua y espesada con un poco de maicena.
Una celebración que une a todo Chile
En distintas comunas del país se realizan actividades para conmemorar esta fecha, muchas veces regalando sopaipillas a la comunidad como símbolo de tradición y encuentro. Más allá de su sabor, la sopaipilla representa nuestras raíces, la cocina hecha en casa y el valor de compartir en familia.
La sopaipilla no es solo un alimento: es un reflejo vivo de nuestra cultura, una receta que se transmite de generación en generación y que hoy, más que nunca, sigue conquistando corazones y paladares a lo largo del país.