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Estudio revela las ciudades de América Latina con mejor y peor transporte público

De acuerdo a las cifras, Santiago registró los mejores resultados del continente.

Foto: Agencia Uno

De acuerdo al estudio Índice de Movilidad Urbana, que evaluó 84 grandes ciudades del mundo en una escala de 0 a 100, América Latina se ubicó en un punto medio en relación al resto del mundo. El promedio general del estudio fue de 43,9 puntos.

Este trabajo, realizado por la consultora internacional Arthur D. Little y la Unión Internacional de Transporte Público (UITP), ubicó a Hong Kong con la mejor puntuación (58,2 puntos) e incluyó a nueve ciudades latinoamericanas, según consigna BBC Mundo.

Pese a que sus resultados fueron publicados en 2014, estos siguen siendo válidos para la región, según indicó a BBC Mundo Eleonora Pazos, coordinadora de la división para América Latina de la UITP.

“Poquísimo ha cambiado para Latinoamérica. Los avances han sido muy pequeños en los puntos que el ranking considera. De manera general, hay ciudades que vienen mejorando, pero aún estamos muy lejos de tener lo que se necesita”, señaló.

En esa misma línea, agregó “tenemos un buen uso del transporte público, pero una mala calidad en general. Tenemos que evolucionar muchísimo todavía”.

Entre los elementos que evaluó el estudio se encuentra la integración entre los distintos modos de transporte, el planeamiento de la red, el cumplimiento y la puntualidad del servicio; la posibilidad para los usuarios de contar con información sobre el sistema en términos de congestionamiento, horarios, tiempo de espera, mañas, etc; y la integración a la red de servicios que ofrezcan un valor agregado como servicios que permitan integrar el sistema de transporte a la vida urbana.

Ranking

Respecto a las ciudades latinoamericanas, Santiago de Chile obtuvo la puntuación más alta, con 47,1 puntos. Esto la dejó en el puesto 30 del Índice de Movilidad Urbana.

Le sigue Bogotá en el puesto 32 con 46,3 puntos, luego Sao Paulo en el lugar 34 con 45,7 puntos.

Río de Janeiro y Curitiba se ubican empatadas en el lugar 39 con 44 puntos, por lo que se ubican ligeramente por encima del promedio de las 84 ciudades que se consideraron para la evaluación.

En tanto, Lima obtuvo el lugar 44 con 43,5 puntos. Buenos Aires y Ciudad de México quedaron en el lugar 48 y 49, con 42,4 y 42,2 puntos, respectivamente.

Bastante más lejos cierra la lista Caracas. Se ubicó en el puesto 58 con 40,1 puntos.

Según Pazos, las ciudades que están mejor evaluadas consideran una integración total del sistema de transporte, con una red que incluye diferentes modos de transporte: bus, metro, tranvía, pero también medios individuales compartidos como las bicicletas públicas, así como medios bajo demanda como Uber.

Junto a lo anterior, ofrecen información integrada para todo el sistema y cuentan con un sistema de pago muy amplio que permite usar tarjetas de distintos tipos con tarifas que permiten acceder a una amplia gama de servicios, desde aquellos más exclusivos hasta los masivos.

“Si comparamos Caracas con Santiago de Chile, Santiago tiene en estos puntos una mayor inversión, integración, sistemas de información que te dan la información tanto del metro como del bus; podemos pagar con tarjetas inteligentes, podemos comprar el billete tanto en una estación de metro como de autobuses, hay servicios agregados (tiendas, servicios de alimentación). Es un servicio mejor orquestado, hay un mayor cumplimiento de horarios, el estado de conservación de la unidad, la calidad del servicio”, explicó.

En relación a los obstáculos, la experta afirmó que tienen que ver con la falta de planeamiento integral y a largo plazo.

“En muchas áreas metropolitanas cada municipio planifica lo que quiere sin coordinación y se planifica para el próximo año y medio, no para 20 o 30 años”, indica.

A lo anterior, se suman los problemas de financiamiento. “Aún no encontramos la ecuación correcta para hacer inversiones y no estamos innovando en la forma de financiamiento, hay muy pocas colaboraciones entre el sector público y el privado. Siempre se depende de un dinero público que sabemos que es escaso”, señaló Pazos.

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