La noche de este viernes se registró una nueva masacre en el Centro de Privación de Libertad Número 1 en Guayaquil, Ecuador, donde 68 reos fallecieron y otros 25 resultaron heridos. En un principio las autoridades informaron 58 decesos, número que aumentó tras declaraciones de la Fiscalía General del Estado, que además anunció la apertura de una investigación.
Mediante una conferencia de prensa Pablo Arosemena, el gobernador de la provincia de Guayas, donde se encuentra Guayaquil, señaló que el hecho ocurrió cuando un grupo de internos intentaron acorralar a reos del pabellón 2, el cual no contaba con el líder de la banda que tiene presencia en el pabellón porque fue liberado tras cumplir un 60% de su condena. «Al estar ese pabellón sin cabecilla, otros pabellones con otras bandas pretendían doblegarlos, entrar a hacer una masacre total”.
“Más de 700 personas estaban en ese pabellón. El sistema de iluminación fue destruido. No sólo usaron armas y detonaciones, también trataron de asfixiarlos, quemando colchones y más”, detalló Arosemena.
Esto ocurre luego que el pasado 29 de diciembre se registró una masacre en el mismo centro penitenciario, que dejó un saldo de 118 presos fallecidos, dejando a la vista la escalada de violencia que enfrenta el sistema penitenciario en el país. El recinto cuenta con 8.000 internos en total, distribuidos en doce pabellones con 700 a 800 personas en cada uno.
Por su parte, el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, lamentó el hecho y envió sus condolencias a las familias de las víctimas. “Este es un llamado de atención a las instituciones del Estado ecuatoriano, en especial a la Corte Constitucional. Necesitamos herramientas constitucionales idóneas para proteger a la población, recobrar el orden en las cárceles y luchar contra las mafias que se lucran del caos”, enfatizó. CHH
