Este miércoles 20 de octubre, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró una semana de vacaciones retribuidas para su población desde el 30 de octubre al 07 de noviembre, para frenar el avance de la pandemia de coronavirus.
En las últimas 24 horas, se registró un descenso de más de mil de personas y los contagios Covid-19 superan diariamente los 30 mil.
Hasta ahora, Rusia ha registrado casi 230.000 muertes por covid-19, de acuerdo al informe gubernamental, considerado subvalorado, puesto que la agencia nacional de estadísticas, Rosstat, ha contabilizado más de 400.000 a fines de agosto.
Rusia enfrenta desde junio un brote epidémico que las autoridades no logran controlar, sobre todo la variante Delta que es la más contagiosa.
Putin realizó una reunión online con todo el Gobierno, en la cual aseguró que “ahora es especialmente importante frenar el peak de la nueva ola de la pandemia”.
Por otro lado, la viceprimera ministra, Tatyana Golikova, dijo que “el aumento de la incidencia este año comenzó con cifras diarias elevadas, cuyas razones fueron el incumplimiento de las medidas restrictivas y las tasas de vacunación insuficientes».
De acuerdo al sitio especializado Gogov, que realiza un informe cotidiano, menos de un tercio de los 144 millones de rusos están por completo inoculados, puesto que gran parte de la población es escéptica respecto a la eficacia de las vacunas desarrolladas localmente.
«El nivel de vacunación de los ciudadanos sigue siendo, lamentablemente, todavía bajo lo que determina en gran medida la velocidad de propagación de la infección”, estableció el comunicado de Putin a través del sitio oficial del país.
El jefe de Estado, de igual manera mencionó la posibilidad de iniciar antes o prolongar la semana de vacaciones previamente anunciada, si la situación sanitaria lo exige. CHH
