ENTREVISTAS

Geotormenta en 2024 podría producir apagón total de redes eléctricas y comunicaciones

El doctor en física y uno de los realizadores del estudio que reveló esta situación, Pablo Moya, se refirió a las consecuencias de este evento.

Foto: NASA

Hace algunas semanas comenzó a tomar relevancia un estudio científico de la Universidad de Chile, transformándose en uno de las más leídos de la plataforma Space Weather en 2022, sobre una posible geo-tormenta o tormenta geomagnética que podría registrarse en menos de siete meses y que provocaría fallas en las redes eléctricas e internet.

En conversación con el programa Al Rojo Vivo de Telemundo, el doctor en física de la Universidad de Chile y uno de los realizadores del estudio, Pablo Moya,  afirmó que la investigación, sobre meteorología o clima espacial, arrojó que el sol llegaría a el “peak de lo que se llama el ciclo solar aproximadamente en el año 2024-2025”.

Este tipo de evento, según precisa el científico, ocurren de manera natural, ya que el sol tiene una actividad cíclica de 11 años, donde es poco o muy activo en relación a las llamaradas o eyecciones solares que, eventualmente, “pueden impactar al campo magnético terrestre y producir lo que se llama una geo-tormenta o tormenta geomagnética

“Esos eventos son como los sismos, hay muchos muy pequeños, casi imperceptibles y mientras más grande es el evento, más intenso, son cada vez menos y, cada cierta cantidad de tiempo, ocurren grandes o extremos”, explicó Moya.

Asimismo, precisó que la investigación realizada se basó justamente en estimar “cuándo, aproximadamente, podría ocurrir uno”. Esto considerando que son como los movimientos telúricos y que no se puede predecir de forma exacta el momento en el que se desarrollará, pero sí se puede hacer una estimación.

“Como el sol es activo de forma cíclica, va a llegar al peak de lo que se llama el ciclo solar aproximadamente en el año 2024-2025. Por lo tanto, si hay eventos grandes deberían ocurrir, si es que ocurren, en el 2024 hasta el 2026. La probabilidad es más alta en esos años”.

Este tipo de tormentas ya se han desarrollado con anterioridad, como en 1989, donde Canadá reportó caídas del suministro eléctrico, o en el año 2003, donde hubo problemas de Internet y conectividad. “En esas épocas, el Internet y las comunicaciones satelitales no eran tan comunes, por lo tanto, los efectos no fueron tan perceptibles”.

“A 20 años del último evento grande que hubo, sí dependemos más de las comunicaciones satelitales, de la energía eléctrica y las telecomunicaciones, por lo tanto, un evento que debería ocurrir en algún momento hoy día como humanidad somos más susceptibles a sus efectos”, manifestó el científico.

Foto: Pablo Moya, doctor en física de la Universidad de Chile – Telemundo cedida a Chicureo Hoy

¿Podría haber un apagón global?

Moya aseguró que siempre existe la probabilidad que se registre un evento de grandes magnitudes. “Debería ocurrir una vez cada 700 o mil años y la última vez que ocurrió un evento de características extremas, fue en 1859. Entonces, ¿podría pasar? sí, siempre hay una probabilidad, pero un evento de esas características a nivel de apagón global no es muy probable que ocurra”.

Asimismo, alertó que de ocurrir “un evento extremo, a escala global, que pudiera afectar las comunicaciones, el transporte, producir caídas de Internet masivas o daños irreparables, por ejemplo, en los satélites de georreferenciación o de comunicación satelital, yo creo que no hay ningún país en el mundo que esté preparado para un evento así”.

¿Cómo protegerse de estas tormentas?

La población debiese estar más atenta a lo que ocurre con el sol, a los eventos geomagnéticos y aprender cuáles son los posibles efectos para prepararse. Por ejemplo, saber que si hay una tormenta geomagnética grande es probable que el Internet se caiga por algunas horas o incluso unos pocos días y aprender a vivir con esa información”, señala el científico.

En tanto, el efecto más grande que tienen las tormentas geomagnéticas sobre la Tierra tiene que “ver con las corrientes inducidas por las auroras: la aurora boreal en el norte y la aurora astral en el sur del mundo”.

“Por lo tanto, en los países donde la aurora se vea más y donde sea más intensa los efectos deberían ser más notorios. En ese sentido, los vuelos que van de un continente a otro, que por eficiencia se tienen que ir hacia los polos se podría ver afectados«, explicó.

En esa misma línea, indicó que “si uno sabe más de los posibles efectos de estos fenómenos naturales vive mejor, se prepara mejor y cuando ocurren los vive mejor, los procesa mejor”. CHH

×