ENTREVISTAS

Ortorexia: La obsesión por la «vida sana»

Contar calorías, evitar siempre ultraprocesados, sacarse fotos constantemente y seguir muchísimas cuentas «fitness» son solo algunos de los síntomas de este silencioso, pero real trastorno alimenticio.

Es innegable que, durante los últimos años, la «vida sana» y el fitness han cobrado cada vez más protagonismo, dado los múltiples beneficios que conlleva. Sin embargo, hay un límite difuso en donde estos «hábitos saludables» pueden derivar en la ortorexia, un trastorno alimenticio que muchas veces es difícil de detectar, pues la persona que lo padece está aparentemente sana y en su «mejor versión» física.

Camila Varas (32), nutricionista con diplomado en Nutrición Deportiva y Personal Trainning, hace énfasis en lo importante que es distinguir cuándo se padece dicho trastorno e indica lo dañino que puede ser -sobre todo para algunas adolescentes- el seguir influencers y cuentas en redes sociales que impulsen el fitness a costa de la salud mental.

«Hoy en día hay un montón de cuentas de personas que no son profesionales y que «inspiran» a la demás gente a hacer lo mismo que ellos para conseguir sus cuerpos», afirma Varas en conversación con Chicureo Hoy, explicando que, en la medida en que el perfil de una persona nos genere inseguridad y ansiedad por no tener su físico, lo sano es dejar de seguirlo.

¿Cómo definirías la ortorexia?

Es un trastorno de alimentación, tal como la bulimia o la anorexia, que consiste en la obsesión por comer extremadamente «saludable»: todo debe ser orgánico, se evita lo preparado por terceros, se opta siempre por lo integral o light, se priorizan las harinas de avena, almendra, integrales u otras y se evitan a toda costa los ultraprocesados. También, se está constantemente contando calorías -a través de aplicaciones u otro método- y se analizan minuciosamente los ingredientes de los alimentos. Hay distintos niveles, pero el más grave es cuando se ve afectado el entorno social y se evita asistir a reuniones para no caer en la tentación de comer algo que esté fuera de su pauta de alimentación, es decir, que sea catalogado como «prohibido».

¿Cuáles dirías que son los principales síntomas de alerta?

Hay varios: está el sacarse fotos constantemente en el gimnasio o con ropa deportiva, para validar que se está entrenando o que se están haciendo cada día más progresos; está el hecho de que se descarguen aplicaciones para llevar el conteo de calorías o de macronutrientes; el empezar a invertir muchísimo en productos saludables -como aceite de coco, semillas u otros- y buscar reemplazar todos los ingredientes de una receta normal por aquellos que sean más «sanos»; y, uno de los más importantes para mí, es hacer el «cheat meal» o «día trampa». Esta es una práctica súper común en influencers y que consiste en destinar un día a la semana para tomárselo «libre» y comer lo que se quiera. Al final, las personas están ansiosas esperando que llegue ese día y, cuando pasa, se revientan y vuelven el lunes con una sensación de culpa. Es usual ver posts que aludan a esto, como por ejemplo que se escriba «quemando toda la culpa del fin de semana».

¿Cómo se distingue a una persona que simplemente se preocupa de su físico de una que padece ortorexia?

Esta línea es súper delgada, pero principalmente es que una persona sana es capaz de adaptarse a otro alimento. Por ejemplo, cuando alguien que usualmente come cosas integrales va a la casa de algún amigo o familiar y no hay pan integral y dice «da lo mismo». En cambio, hay quienes optan por rechazarlo y no comer, porque, según ellos, está prohibido comer harinas blancas. También, creo que el equilibrio está en que si, por ejemplo, el miércoles la familia pidió pizza o sushi, la persona sea capaz de comer independiente de que no sea fin de semana e, idealmente, lo haga sin culpa.

¿Cómo aconsejarías abordar a una persona que sufre este trastorno?

Lo principal es que no hay que enfrentarla directamente, porque son personas que se sienten muy atacadas. Entonces, lo primero sería buscar a otra persona que también sea cercana a quien padece el trastorno y comentarle que está preocupado y que hay que poner atención a ciertos signos de alerta. Es importante destacar que las personas ortoréxicas, por lo general, piensan que los demás le tienen envidia, porque fueron capaces de hacer algún cambio que tuvo consecuencias físicas -como por ejemplo que hayan mejorado su composición corporal- entonces sostienen que los demás los atacan solo porque ellos no pudieron. Por último, es muy importante visitar a un profesional de la psiconutrición, quienes cuentan con estrategias adecuadas para sobrellevar este trastorno. CHH

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